Encontrados 343 resultados para: otra

  • una a la derecha, llamándola Yaquín, y otra a la izquierda, y la llamó Boaz. (1 Reyes 7, 21)

  • Y ahora, oh Yavé, Dios de Israel, cumple bien esta otra promesa que le hiciste a David, diciendo: «Siempre habrá uno de tus hijos para servirme y reinar sobre Israel, con tal que tus hijos se comporten y me sirvan como lo has hecho tú.» (1 Reyes 8, 25)

  • Jeroboam pensó: «El reino podría muy bien volver otra vez a los descendientes de David. (1 Reyes 12, 26)

  • Pero Yavé le había dicho: «La esposa de Jeroboam viene a ti, haciéndose pasar por otra, para consultar acerca de su hijo enfermo. Cuando ella entre, le dirás esto.» (1 Reyes 14, 5)

  • Cuando pasaba la puerta, Ajías oyó sus pasos y le dijo: «Entra, esposa de Jeroboam, ¿por qué quieres pasar por otra? Tengo un duro mensaje para ti. (1 Reyes 14, 6)

  • Ordenó entonces: «Lleven cuatro cántaros de agua y échenla sobre la víctima y sobre la leña.» La echaron y Elías dijo: «Otra vez.» Y tres veces hicieron lo mismo. (1 Reyes 18, 34)

  • Pero se presentaron los mensajeros otra vez con este recado: «Puesto que aceptas darme tu oro y tu plata, tus mujeres y tus hijos, (1 Reyes 20, 5)

  • El le respondió: «Estuve conversando con Nabot para que me vendiera su viña o si prefería me la cambiara por otra viña más buena, pero me respondió: No quiero dártela.» (1 Reyes 21, 6)

  • Y Yavé les preguntó: ¿Quién engañará al rey de Israel para que suba a la ciudad de Ramot y que allí muera? Y unos decían una cosa, y otros, otra. (1 Reyes 22, 20)

  • En otra ocasión Ocozías, hijo de Ajab, hizo a Josafat la siguiente propuesta: «¿Quieres que mis servidores acompañen a los tuyos en los barcos?» Pero Josafat se negó. (1 Reyes 22, 50)

  • Cuando estuvieron todas llenas, ella dijo a su hijo: «Tráeme otra vasija.» El respondió: «Ya no hay más.» Y se detuvo el aceite. (2 Reyes 4, 6)

  • Aquellos leprosos llegaron al límite del campamento y entraron en una tienda de campaña. Comieron, bebieron y se llevaron de allí plata, oro y ropa que fueron a esconder en el suelo. Volvieron a otra tienda de donde sacaron lo que hallaron y lo escondieron de la misma manera. (2 Reyes 7, 8)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina