Encontrados 45 resultados para: olas

  • Así se expresa Yavé, que ha puesto el sol para alumbrar el día, la luna y las estrellas para iluminar la noche, que agita el mar y hace bramar sus olas, y que se llama Yavé de los Ejércitos: (Jeremías 31, 35)

  • El mar se salió en Babilonia y la sumergió bajo el tropel de sus olas. (Jeremías 51, 42)

  • Es Yavé que destruye a Babilonia y hace callar su gran ruido, sus olas pueden rugir como las del mar y sentirse el resonar de su voz. (Jeremías 51, 55)

  • Pues bien, esto dice Yavé: Me lanzaré contra ti, Tiro, y haré que suban contra ti naciones tan numerosas como las olas del mar. (Ezequiel 26, 3)

  • Sí, Yavé lo dijo: Te convertiré en una ciudad desierta, como las ciudades abandonadas. El océano te arrasará, sus olas pasarán por encima de ti. (Ezequiel 26, 19)

  • "Hijo de hombre, entona un canto fúnebre sobre Faraón, rey de Egipto. Dirás esto: ¡Cómo! ¿Desapareció el león de las naciones? Tú eras como el dragón de los mares; hacías hervir las aguas, las removías con tus patas y producías las olas. (Ezequiel 32, 2)

  • Me habías arrojado en el corazón del mar, y la corriente me cercaba, tus olas y tus remolinos pasaban sobre mí. (Jonás 2, 4)

  • Tus caballos han atravesado la mar, las olas que se agitan con violencia. (Habacuc 3, 15)

  • Se levantó una tormenta muy violenta en el lago, con olas que cubrían la barca, pero él dormía. (Evangelio según San Mateo 8, 24)

  • La barca en tanto estaba ya muy lejos de tierra, y las olas le pegaban duramente, pues soplaba el viento en contra. (Evangelio según San Mateo 14, 24)

  • De pronto se levantó un gran temporal y las olas se estrellaban contra la barca, que se iba llenando de agua. (Evangelio según San Marcos 4, 37)

  • Se acercaron a él y lo despertaron: «Maestro, Maestro, ¡estamos perdidos!» Jesús se levantó y amenazó al viento y a las olas encrespadas; se tranquilizaron y todo quedó en calma. (Evangelio según San Lucas 8, 24)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina