Encontrados 238 resultados para: nuestra

  • nuestra boca se llenaba de risa y nuestra lengua de gritos de alegría. Entonces entre los paganos se decía: "¡Qué grandes cosas no ha hecho el Señor por ellos!" (Salmos 126, 2)

  • No obedeceremos las órdenes del rey para apartarnos de nuestra religión, ni a la derecha ni a la izquierda.» (1 Macabeos 2, 22)

  • Sin embargo, se dijeron: «No podemos hacer como nuestros hermanos, sino que debemos luchar contra los paganos para defender nuestra vida y nuestras costumbres. De otra manera, pronto nos habrán exterminado.» (1 Macabeos 2, 40)

  • ¿Cómo podremos resistirles, si no acudes en nuestra ayuda?» (1 Macabeos 3, 53)

  • Es mejor morir en la lucha que vivir para mirar las desgracias de nuestra nación y del Lugar Santo. En todo hágase la voluntad del Cielo.» (1 Macabeos 3, 59)

  • Pero Judas les contestó: «Líbreme Dios de huir ante ellos. Si ha llegado nuestra hora, moriremos como valientes por nuestros hermanos, sin haber manchado nuestra gloria.» (1 Macabeos 9, 10)

  • «Desde la muerte de tu hermano Judas ya no hay nadie que pueda, como él, enfrentarse a nuestros enemigos, a Báquides y a todos los adversarios de nuestra nación. (1 Macabeos 9, 29)

  • Por eso, hoy te elegimos en su lugar para que seas nuestro jefe y dirijas nuestra guerra.» (1 Macabeos 9, 30)

  • «¿Serás tú el único que te resistes a nuestra autoridad, y por culpa tuya se burlarán de mí? ¿Por qué te opones a nuestra autoridad en tus cerros? (1 Macabeos 10, 70)

  • Por nuestra parte, en todas circunstancias y constantemente, en días señalados, nos acordamos de ustedes, tanto en los sacrificios que ofrecemos como en las oraciones, porque es justo y conveniente recordar a los hermanos. (1 Macabeos 12, 11)

  • Les hemos ordenado también que vayan a ustedes para saludarlos y entregarles de nuestra parte esta carta, con la que queremos renovar esta alianza. (1 Macabeos 12, 17)

  • Dirige nuestra guerra y obedeceremos tus órdenes.» (1 Macabeos 13, 9)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina