Encontrados 23 resultados para: invocó

  • Jabés invocó al Dios de Israel, exclamando: «Si de verdad me bendices, se ensancharán mis términos, tu mano estará conmigo y alejarás el mal para que no padezca aflicción.» Y le concedió Dios lo que pedía. (1 Crónicas 4, 10)

  • Allí erigió un altar a Yavé y ofreció víctimas quemadas y sacrificios de comunión e invocó a Yavé, el cual le respondió con fuego del cielo que cayó sobre el altar del holocausto. (1 Crónicas 21, 26)

  • Asá invocó a Yavé su Dios, y dijo: «Oh Yavé, puedes ayudar al desvalido como al poderoso. ¡Ayúdanos, pues, Yavé Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, en tu nombre marchamos contra esta inmensa muchedumbre! Yavé, tú eres nuestro Dios: ¡No prevalezca contra ti hombre alguno!» (2 Crónicas 14, 10)

  • Cuando los jefes de los carros de guerra vieron a Josafat, pensaron que era el rey de Israel y lo rodearon para cargar contra él. Pero Josafat invocó a gritos a Yavé y éste lo socorrió y los alejó de él. (2 Crónicas 18, 31)

  • Estando así deslumbrante de belleza, invocó a Dios, que cuida de todos y los salva. (Ester 15, 5)

  • Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos. (Salmos 18, 4)

  • No me escondas tu cara en el día de mi desgracia, vuelve tus oídos hacia mí el día que te invoco, apresúrate en responderme. (Salmos 102, 3)

  • Te invoco, Señor, con todo el corazón, respóndeme, pues quiero observar tus preceptos. (Salmos 119, 145)

  • Entonces el Macabeo contempló la muchedumbre que tenía delante y que los combatía con tantas armas diversas, con el apoyo de feroces elefantes; levantó las manos al cielo e invocó al Señor que obra prodigios, pues bien sabía que da la victoria a los que la merecen y que ésta no depende de las armas, sino de la voluntad de Dios. (2 Macabeos 15, 21)

  • Invocó al Altísimo, al Poderoso, cuando sus enemigos lo atacaban por todas partes, y el Amo supremo lo escuchó haciendo llover tremendos granizos. (Sirácides (Eclesiástico) 46, 5)

  • Cuando el enemigo lo presionaba por todas partes, invocó al Señor poderoso y le sacrificó un corderito. (Sirácides (Eclesiástico) 46, 16)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina