Encontrados 5168 resultados para: ido

  • Abrahán dijo a su servidor más antiguo, que era su mayordomo: «Pon tu mano bajo mi muslo, (Génesis 24, 2)

  • El servidor le respondió: «Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿tendré que llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?» (Génesis 24, 5)

  • Luego el servidor escogió diez camellos entre los de su patrón y se puso en marcha, llevando todo lo mejor que poseía Abrahán. Y caminó hasta que alcanzara la ciudad de Najor, en el país de Aram. (Génesis 24, 10)

  • y a una de ellas le voy a decir: "Por favor, inclina tu cántaro para que yo pueda tomar agua". Si ella me responde: "Toma y daré también de beber a tus camellos", haz que sea ella la que tú has destinado para tu servidor Isaac. Esta será para mí la señal de que has escuchado a mi patrón. » (Génesis 24, 14)

  • La joven era muy bella y aún virgen, pues no había tenido contacto con ningún hombre. Bajó a la fuente, llenó el cántaro y subió. (Génesis 24, 16)

  • diciendo: «Bendito sea Yavé, Dios de mi señor Abrahán, pues ha mostrado una vez más su bondad y fidelidad para con mi patrón, y me ha conducido a la casa del hermano de mi amo.» (Génesis 24, 27)

  • Mientras tanto la joven corrió y contó a la casa de su madre todo lo sucedido. (Génesis 24, 28)

  • Entonces empezó a decir: «Yo soy servidor de Abrahán. (Génesis 24, 34)

  • Yavé ha bendecido y enriquecido a mi amo. Le ha dado ganado, ovejas, plata y oro, servidores y sirvientas, camellos y burros. (Génesis 24, 35)

  • El me contestó: «Yavé, al que he servido siempre, mandará a su Angel para que te acompañe, y resulte tu viaje. Tomarás una mujer para mi hijo de entre mi parentela y de la casa de mi padre. (Génesis 24, 40)

  • Así, pues, al llegar hoy a la fuente hice esta súplica: «Yavé, Dios de mi señor Abrahán, si quieres que el viaje que he emprendido tenga éxito, concédeme lo siguiente: (Génesis 24, 42)

  • e hincándome de rodillas, adoré a Yavé, bendiciendo al Dios de mi patrón Abrahán, que me había conducido por el buen camino para conseguir para su hijo a la hija del hermano de mi patrón. (Génesis 24, 48)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina