Encontrados 1694 resultados para: había
El tiempo transcurría; ya había pasado la fiesta del Ayuno y la navegación empezaba a ser peligrosa. (Hecho de los Apóstoles 27, 9)
Pablo había juntado una brazada de ramas secas y, al echarlas al fuego, una víbora que escapaba del calor se le enroscó en la mano. (Hecho de los Apóstoles 28, 3)
Al cabo de tres meses subimos a bordo de un barco de Alejandría que había pasado el invierno en la isla y llevaba la insignia los Dióscuros. (Hecho de los Apóstoles 28, 11)
que había soportado en aquel tiempo; y demuestra también cómo nos reforma en el tiempo presente: él, que es justo, nos hace justos y santos por la fe propia de Jesús. (Carta a los Romanos 3, 26)
Justamente recibió el rito de la circuncisión, cuando aún no estaba circuncidado, como un sello o como una señal de que por su fe Dios lo había puesto en un estado de justicia. De manera que Abrahán es el padre de todos los que creen sin haber sido circuncidados, y Dios se lo toma en cuenta para hacerlos justos y santos. (Carta a los Romanos 4, 11)
No había Ley todavía, pero el pecado ya estaba en el mundo. Mientras no había Ley, nadie podía ser tenido por rebelde, pero no obstante el pecado estaba en el mundo. (Carta a los Romanos 5, 13)
Por eso, desde Adán hasta Moisés, la muerte tuvo poder, incluso sobre aquellos que no desobedecían abiertamente como en el caso de Adán. Pero otro Adán superior a éste había de venir. (Carta a los Romanos 5, 14)
Hubo un tiempo en que no había Ley, y yo vivía. Pero llegó el precepto, dio vida al pecado, (Carta a los Romanos 7, 9)
y yo morí. Así, pues, el precepto que había sido dado para la vida me trajo la muerte. (Carta a los Romanos 7, 10)
Así, en adelante, la perfección que buscaba la Ley, había de realizarse en los que no andamos por los caminos de la carne, sino por los del Espíritu. (Carta a los Romanos 8, 4)
Me guié por la Escritura: Lo verán aquellos a quienes no había sido anunciado, y lo conocerán los que nada habían oído. (Carta a los Romanos 15, 21)
Mi espíritu, sin embargo, quedaba inquieto porque no había encontrado a mi hermano Tito, por lo que me despedí de ellos y salí para Macedonia. (2º Carta a los Corintios 2, 13)
