Encontrados 210 resultados para: grandes

  • En las ciudades sacerdotales estaban permanentemente bajo sus órdenes Edem, Mibyamín, Jesua, Semaías, Amarías y Sekanías para repartir a sus hermanos, así grandes como chicos, según sus clases, (2 Crónicas 31, 15)

  • Se hizo también grandes almacenes para las rentas del trigo, mosto y aceite, pesebres para toda clase de ganado y tenía rebaños en sus pesebres. (2 Crónicas 32, 28)

  • Todos los objetos de la Casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la Casa de Yavé y los tesoros del rey y de sus jefes, todo se lo llevó a Babilonia. (2 Crónicas 36, 18)

  • Cantando y alabando, daban gracias a Yavé: «Porque es bueno, porque es eterno su amor para Israel.» Todo el pueblo lanzaba gritos con grandes clamores, alabando a Yavé porque se ponían los cimientos de la Casa de Yavé. (Esdras 3, 11)

  • Muchos de los sacerdotes, levitas y de los más ancianos jefes de familia que habían conocido la casa primera, lloraban con grandes gemidos, mientras se ponían los cimientos. Pero otros lanzaban gritos de alegría, (Esdras 3, 12)

  • Pero después, indóciles, se rebelaron contra ti, se echaron tu Ley a la espalda, mataron a los profetas que los invitaban a volver a ti, y cometieron contra ti grandes pecados. (Nehemías 9, 26)

  • Mandé entonces a los jefes de Judá que subieran a la muralla y organicé dos grandes coros. El primero avanzaba por encima de la muralla, en la parte sur, dirigiéndose hacia la Puerta del Basural; (Nehemías 12, 31)

  • Aquel día se ofrecieron grandes sacrificios y la gente se entregó a la diversión, pues Dios les había concedido una gran alegría; también las mujeres y los niños participaron en la fiesta. La bulla de Jerusalén se oía desde lejos. (Nehemías 12, 43)

  • Ellos se Tobantaron, pero ya no lo vieron más. Proclamaron entonces las obras grandes y maravillosas de Dios y cómo se les había aparecido el ángel de Dios. (Tobías 12, 21)

  • Convocó a sus ministros y a sus grandes y tuvo con ellos un consejo secreto. El mismo expuso todos los planes (Judit 2, 2)

  • Toda la asamblea se conmovió profundamente y clamó a Yavé, su Dios, a grandes voces. (Judit 7, 29)

  • Los jefes del ejército asirio, desanimados por estas palabras, rasgaron sus vestiduras y dieron grandes gritos en el campo. (Judit 14, 19)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina