Encontrados 450 resultados para: gran

  • Los persiguió desde la ciudad de Aroer hasta la entrada de Menit y Abel Queramim, tomando veinte pueblos: con esto les asestó un gran golpe. (Jueces 11, 33)

  • Jefté les respondió: «Teníamos un gran conflicto mi pueblo y yo con los amonitas; les pedí ayuda a ustedes y no me salvaron de sus manos. (Jueces 12, 2)

  • Los molió a golpes, causando un gran estrago entre ellos. Luego bajó a vivir en una cueva de la roca de Etam. (Jueces 15, 8)

  • Entonces sintió una sed terrible e invocó a Yavé diciendo: «Tú has logrado esta gran victoria por mano de tu siervo y ahora voy a morir de sed y a caer en manos de los incircuncisos.» (Jueces 15, 18)

  • Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón y para hacer una gran fiesta, pues decían: «Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo.» Como todos se sentían alegres, dijeron: (Jueces 16, 23)

  • En los tiempos en que gobernaban los Jueces en Israel, hubo una gran hambruna en el país. Debido a eso, un hombre de Belén de Judá se trasladó a los campos de Moab con su mujer y sus dos hijos. (Rut 1, 1)

  • No consideres a tu sierva como una mala mujer, pues si he estado orando tanto rato se debe sólo a mi gran pena y humillación.» (1 Samuel 1, 16)

  • Los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a Israel: cada uno huyó por su lado. Fue un gran desastre en que perecieron treinta mil soldados de infantería de Israel. (1 Samuel 4, 10)

  • Y el mensajero respondió: «Israel huyó delante de los filisteos. El pueblo ha sufrido una gran derrota, también han muerto tus hijos Jofni y Finjas y el Arca de Dios ha sido capturada.» (1 Samuel 4, 17)

  • Pero apenas entró en Gat, la mano de Yavé se dejó sentir sobre la ciudad, provocando gran terror a toda la gente; desde el más pequeño hasta el mayor fueron castigados, saliéndoles tumores. (1 Samuel 5, 9)

  • Después, déjenla marchar. Y fíjense: si toma el camino de su país, hacia Bet-Semes, sepan que es el Dios de Israel quien nos ha causado esta gran calamidad; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha castigado y que todo esto nos ha pasado por casualidad.» (1 Samuel 6, 9)

  • Al llegar la carreta al campo de Josué, de Bet-Semes, se detuvo; había allí una gran piedra. Astillaron la madera de la carreta y sacrificaron encima las vacas, como víctimas quemadas en honor a Yavé. (1 Samuel 6, 14)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina