Encontrados 450 resultados para: gran

  • ¡Ojalá ustedes fueran siempre objeto de gran atención, y no solamente de la mía cuando estoy con ustedes! (Carta a los Gálatas 4, 18)

  • Estoy apretado por los dos lados: por una parte siento gran deseo de largarme y estar con Cristo, lo que sería sin duda mucho mejor. (Carta a los Filipenses 1, 23)

  • Pido que tengan ánimo, que se afiancen en el amor y que tengan plenamente desarrollados los dones de entendimiento, para que puedan penetrar en el gran secreto de Dios, que es Cristo. (Carta a los Colosenses 2, 2)

  • ¿Cómo podríamos dar suficientemente gracias a Dios por ustedes y por la gran alegría que nos hacen sentir ante Dios? (1º Carta a los Tesalonicenses 3, 9)

  • a las mujeres mayores como a madres y a las jóvenes, con gran pureza, como a hermanas. (1º Carta a Timoteo 5, 2)

  • Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para llenarme de alegría. (2º Carta a Timoteo 1, 4)

  • Dios, del que viene todo y que actúa en todo, quería introducir en la Gloria a un gran número de hijos, y le pareció bien hacer perfecto por medio del sufrimiento al que se hacía cargo de la salvación de todos; (Carta a los Hebreos 2, 10)

  • Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús, nuestro Señor, por su gran misericordia. Al resucitar a Cristo Jesús de entre los muertos, nos dió una vida nueva y una esperanza viva. (1º Carta de Pedro 1, 3)

  • Amadísimos, tenía un gran deseo de escribirles acerca de nuestra común salvación, y me sentí obligado a hacerlo, para exhortarlos a luchar por la fe que Dios entregó de una vez para siempre a sus santos. (2º Carta de Pedro 3, 3)

  • Lo mismo hizo con los ángeles que no mantuvieron su dignidad y abandonaron su propia morada: Dios los encerró en cárceles eternas, en profundas tinieblas, hasta que llegue el gran día del Juicio. (2º Carta de Pedro 3, 6)

  • Amadísimos, tenía un gran deseo de escribirles acerca de nuestra común salvación, y me vi obligado a hacerlo para moverlos a luchar por la fe que Dios entregó una vez para siempre a sus santos. (Carta de Judas 1, 3)

  • Hizo lo mismo con los ángeles que no conservaron su domicilio, sino que abandonaron el lugar que les correspondía: Dios los encerró en cárceles eternas, en el fondo de las tinieblas, hasta que llegue el gran día del Juicio. (Carta de Judas 1, 6)


“Seria mais fácil a Terra existir sem o sol do que sem a santa Missa!” São Padre Pio de Pietrelcina