Encontrados 69 resultados para: fuertes

  • Pusieron allí gente mala y renegados de la fe que se hicieron fuertes en ella. (1 Macabeos 1, 34)

  • Por aquel tiempo levantaron en torno al monte Sión altas murallas y fuertes torres, no fueran a venir los paganos y lo ocuparan, como lo habían hecho anteriormente. (1 Macabeos 4, 60)

  • Les dieron la noticia de que muchos de ellos se habían atrincherado en las cercanías de Bosorá, Alema, Casfor, Maqued y Carnaím, todas ciudades fuertes y grandes, (1 Macabeos 5, 26)

  • Cuando el ejército de Timoteo se dio cuenta de que era el Macabeo, emprendieron la fuga, pero él les dio fuertes golpes y cayeron unos ocho mil enemigos aquel día. (1 Macabeos 5, 34)

  • Abasteció a las ciudades de alimentos e hizo de ellas ciudades fuertes. Y fue famoso hasta los extremos del mundo. (1 Macabeos 14, 10)

  • Dieron el asalto y las plazas fuertes cayeron en su poder. Rechazaron a los que peleaban en la muralla, degollando a cuantos caían en sus manos, y mataron más de veinte mil hombres. (2 Macabeos 10, 17)

  • Cuando los hombres del Macabeo supieron que se ponía sitio a sus ciudades fuertes, suplicaron al Señor junto con todo el pueblo, en medio de gemidos y lágrimas, que enviara un ángel bueno para salvar a Israel. (2 Macabeos 11, 6)

  • Porque ella ya ha hecho muchas víctimas, y hasta los más fuertes han caído. (Proverbios 7, 26)

  • A los reyes, no les conviene, Lemuel, que tomen vino, ni a los príncipes que abusen de licores fuertes, (Proverbios 31, 4)

  • Dale bebidas fuertes al que va a morir, dale vino al que está en la tristeza; (Proverbios 31, 6)

  • ¡Pobres de los que son valientes para beber vino, y campeones para mezclar bebidas fuertes, (Isaías 5, 22)

  • Todo ese pueblo ha sido testigo, la gente de Efraím y los habitantes de Samaria. Perose hicieron fuertes y dijeron con soberbia: (Isaías 9, 8)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina