Encontrados 564 resultados para: estás

  • Cuando hayas pasado el Jordán, levantarás estas piedras en el monte Ebal, como hoy te mando, y las blanquearás con cal. (Deuteronomio 27, 4)

  • Escribirás en estas piedras todas las palabras de esta Ley. Déjalas bien grabadas.» (Deuteronomio 27, 8)

  • Pero si no obedeces la voz de Yavé, tu Dios, y no pones en práctica todos sus mandamientos y normas que hoy te prescribo, vendrán sobre ti todas estas maldiciones: (Deuteronomio 28, 15)

  • Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y oprimirán hasta que hayas sido eliminado, porque no escuchaste la voz de Yavé, tu Dios, ni guardaste sus mandamientos ni las normas que te ordenó. (Deuteronomio 28, 45)

  • Estas son las palabras de la Alianza que Yavé mandó a Moisés ratificar con los hijos de Israel en el país de Moab, además de la que hizo con ellos en el Horeb. (Deuteronomio 28, 69)

  • Si alguien cree que estas maldiciones no lo alcanzarán y se dice a sí mismo: «Haré lo que quiera y no tendré problemas: justos y pecadores perecen juntos». (Deuteronomio 29, 18)

  • Cuando te sucedan todas estas cosas acerca de la bendición o maldición que te he propuesto, te acordarás de ellas en medio de las naciones donde Yavé, tu Dios, te haya arrojado. (Deuteronomio 30, 1)

  • Entonces Yavé, tu Dios, hará caer todas estas maldiciones sobre tus enemigos, contra los que te hayan perseguido porque te odian. (Deuteronomio 30, 7)

  • Moisés fue a decir estas palabras a todo Israel. Luego les dijo: (Deuteronomio 31, 1)

  • Pero ahora Yavé, tu Dios, irá delante de ti; él destruirá a tu vista estas naciones y tú las desalojarás. Es Josué quien estará al frente de ustedes, como ya lo tiene dicho Yavé. (Deuteronomio 31, 3)

  • Yavé tratará a estas ciudades tal como trató a Sijón y a Og, los reyes amorreos, y a su país, a los cuales destruyó. (Deuteronomio 31, 4)

  • Así, pues, cuando les haya entregado estas naciones ustedes harán lo mismo, según les tengo mandado. (Deuteronomio 31, 5)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina