Encontrados 438 resultados para: diez carros de bronce
Tomaron vino y brindaron a sus dioses de oro y de plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra. (Daniel 5, 4)
Era diferente de las bestias anteriores y tenía diez cuernos. Yo estaba observando los cuernos, cuando en esto despuntó entre ellos otro cuerno pequeño, y tres de los primeros fueron arrancados para dar cabida al nuevo. Este tenía como ojos humanos y una boca que decía palabras insolentes (Daniel 7, 8)
Después quise saber la verdad sobre la cuarta bestia, que era diferente de las otras, extraordinariamente terrible, con dientes de hierro y uñas de bronce, que comía, trituraba y pisoteaba lo restante con sus patas. (Daniel 7, 19)
También quise saber lo de los diez cuernos que tenía en la cabeza, y del otro cuerno que le había salido y de los tres primeros que se le cayeron; y de este cuerno con ojos y boca que hablaba con soberbia y que parecía mayor que los otros (Daniel 7, 20)
Los diez cuernos indican que del reino saldrán diez reyes, y después vendrá otro diferente de los primeros, que derribará a tres reyes (Daniel 7, 24)
Su cuerpo era como de crisólito, su rostro era como el brillo del relámpago, sus ojos como antorchas encendidas, sus brazos y piernas brillantes como bronce pulido, y el rumor de sus palabras como el rumor de una multitud (Daniel 10, 6)
Al acercarse el tiempo del fin, el rey del sur se enfrentará a él; el rey del norte lo atacará con carros, jinetes y numerosas naves, (Daniel 11, 40)
Y dijo el rey a Daniel: «Al menos de éste no dirás que es de bronce; mira, está vivo y come y bebe; no negarás que es un dios viviente. (Daniel 14, 24)
Pero tendré compasión de la casa de Judá y los salvaré por Yavé su Dios; los salvaré sin usar el arco ni la espada, ni la guerra ni los carros ni los caballos.) (Oseas 1, 7)
Pero ustedes han sembrado el mal, han cosechado la injusticia y se han comido el fruto de la mentira. Ya que tú te sientes orgulloso de tus carros y de tu ejército numeroso, (Oseas 10, 13)
Es como el estruendo de carros, como el sonido de la llama de fuego que devora la paja seca. Son como un ejército poderoso en orden de batalla. (Joel 2, 5)
Porque así dice Yavé a la gente de Israel: La ciudad de la cual salían mil hombres quedará sólo con cien, y de la que salían cien quedará sólo con diez. (Amós 5, 3)