Encontrados 177 resultados para: dejó

  • se reconcilió con ellos, ofreció sacrificios, llenó de honores el Templo y se mostró generoso con el Lugar Santo. Se despidió del Macabeo y dejó a Hegemónides como gobernador desde Tolemaida hasta el país de los gueraínos. (2 Macabeos 13, 24)

  • Pero Lisias subió a la tribuna para defender lo que había decidido; los persuadió, los tranquilizó, los dejó bien dispuestos y partió para Antioquía. Esto es lo que sucedió con la expedición y la retirada del rey. (2 Macabeos 13, 26)

  • El Macabeo se dio cuenta que Nicanor le daba un trato más reservado y se ponía más duro en las entrevistas acostumbradas, y comprendió que aquella conducta no anunciaba nada bueno. Empezó a reunir a algunos de los suyos y no se dejó ver ya por Nicanor. (2 Macabeos 14, 30)

  • y allí, casi sin sangre, se agarró los intestinos con ambas manos y los arrojó sobre la muchedumbre y así, invocando el nombre del Señor de la vida y del espíritu, para que se la devolviera un día, dejó la vida. (2 Macabeos 14, 46)

  • Entonces bendijeron al Cielo diciendo: «¡Bendito sea el que no dejó que profanaran su Casa Santa!» (2 Macabeos 15, 34)

  • Descendió con él al pozo y no lo dejó solo en la prisión; muy por el contrario, le confió el poder en el reino y le dio autoridad sobre los que lo habían perseguido. Hizo que quedara al descubierto la mentira de sus calumniadores y le consiguió una gloria que no pasará. (Sabiduría 10, 14)

  • Ya antiguamente, mientras perecían los gigantes orgullosos, el justo que llevaba consigo la esperanza del universo, se refugió en una balsa; guiado por tu mano, dejó al mundo la semilla de una nueva humanidad. (Sabiduría 14, 6)

  • La representación era tan perfecta que la muchedumbre se dejó seducir: así se llegó rápidamente a ver un dios en el que se veneraba. (Sabiduría 14, 20)

  • El castigo que se dejó caer por un momento, tenía valor de advertencia: esta señal de salvación les recordaría los mandamientos de tu Ley. (Sabiduría 16, 6)

  • El Señor la vio y la midió; dejó caer una lluvia de saber y de inteligencia; los que tienen la sabiduría no pueden disimularla. (Sirácides (Eclesiástico) 1, 19)

  • Cuando al principio creó al hombre, lo dejó en manos de su propia conciencia: (Sirácides (Eclesiástico) 15, 14)

  • Eligió y santificó a algunos de ellos, a los demás los dejó para hacer número. (Sirácides (Eclesiástico) 33, 9)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina