Encontrados 177 resultados para: dejó

  • El Angel lo dejó. Ella había dicho estas palabras, «esposo de sangre», a causa de la circuncisión. (Exodo 4, 26)

  • Faraón se informó al respecto: ¡ninguno había muerto de los que pertenecían a Israel! Pero siguió en su ceguera y no dejó salir al pueblo. (Exodo 9, 7)

  • Llenarán tu casa, las de tus ministros y las de todo tu pueblo, en tal cantidad como no vieron tus padres ni los padres de tus padres, desde los más antiguos hasta el día de hoy.» Dicho esto, volvió las espaldas y dejó a Faraón. (Exodo 10, 6)

  • Dios no dejó que su poder aplastara a los que había elegido, sino que vieron a Dios; luego comieron y bebieron. (Exodo 24, 11)

  • El pueblo, pues, dejó de traer ofrendas, pues había material de sobra para construir toda la obra. (Exodo 36, 7)

  • A la mañana después de ponerse su túnica de lino y sus calzoncillos de lino, el sacerdote recogerá las cenizas que el fuego dejó al quemar la víctima, y las pondrá junto al altar. (Levítico 6, 3)

  • Pero Sijón no dejó a Israel que atravesara por su territorio, reunió a todo su pueblo y salió al encuentro de Israel en el desierto. Cuando llegó a Jahasa, atacó a Israel. (Números 21, 23)

  • Ahora lárgate a tu tierra. Yo había prometido colmarte de honores, pero Yavé te dejó sin nada." (Números 24, 11)

  • «Nuestro padre murió en el desierto. No tuvo parte en la amotinación contra Yavé, con los partidarios de Coré, sino que murió como todos por su pecado, y no dejó hijos varones. (Números 27, 3)

  • Cuando mires al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todos los astros del firmamento, no te dejes arrastrar a adorarlos como dioses y a servirlos, pues Yavé, tu Dios, dejó que fueran la parte de los demás pueblos, (Deuteronomio 4, 19)

  • Y le dijo Yavé: «Esta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, y juré que se la daría a su descendencia. Dejo que la veas con tus propios ojos, pero no entrarás en ella». (Deuteronomio 34, 4)

  • pues Yavé, nuestro Dios, secó las aguas del Jordán delante de nosotros, lo mismo que hizo en el mar Rojo, que dejó seco ante nosotros cuando tuvimos que atravesarlo. (Josué 4, 23)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina