Encontrados 272 resultados para: carne impura

  • Y en Jerusalén y Judá cualquier utensilio de cocina será propiedad santa de Yavé de los ejércitos; de tal modo que podrán usarlos para cocer la carne de los animales sacrificados. Desde ese día no habrá más mercaderes en la Casa de Yavé. (Zacarías 14, 21)

  • ¿No ha hecho Dios, de ambos, un solo ser que tiene carne y respira? Y este ser único, ¿qué busca sino una familia dada por Dios? No traiciones, pues, a la mujer de tu juventud. (Malaquías 2, 15)

  • Lo que entra por la boca no hace impura a la persona, pero sí mancha a la persona lo que sale de su boca.» (Evangelio según San Mateo 15, 11)

  • En cambio lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que hace impura a la persona. (Evangelio según San Mateo 15, 18)

  • Jesús le replicó: «Feliz eres, Simón Barjona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos. (Evangelio según San Mateo 16, 17)

  • y dijo: El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne? (Evangelio según San Mateo 19, 5)

  • De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.» (Evangelio según San Mateo 19, 6)

  • Estén despiertos y recen para que no caigan en la tentación. El espíritu es animoso, pero la carne es débil.» (Evangelio según San Mateo 26, 41)

  • Ninguna cosa que de fuera entra en la persona puede hacerla impura; lo que hace impura a una persona es lo que sale de ella. (Evangelio según San Marcos 7, 15)

  • El les respondió: «¿También ustedes están cerrados? ¿No comprenden que nada de lo que entra de fuera en una persona puede hacerla impura? (Evangelio según San Marcos 7, 18)

  • Así Jesús declaraba que todos los alimentos son puros. Y luego continuó: «Lo que hace impura a la persona es lo que ha salido de su propio corazón. (Evangelio según San Marcos 7, 20)

  • Todas estas maldades salen de dentro y hacen impura a la persona.» (Evangelio según San Marcos 7, 23)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina