Encontrados 74 resultados para: abajo

  • Ella respondió: «Hazme un favor; ya que me has dado el desierto de Negueb, dame también las Fuentes de Agua.» Y Caleb le dio las Fuentes de Arriba y las de Abajo. (Jueces 1, 15)

  • Los trescientos se tomaron los jarrones y cuernos de todos los demás, mientras Gedeón los despedía. Al final, Gedeón y sus trescientos hombres hicieron frente a los madianitas acampados abajo, en el valle. (Jueces 7, 8)

  • Se acercó Gedeón y escuchó cómo un hombre contaba a su vecino un sueño que había tenido. Este decía: «He tenido un sueño: un pan grande de cebada rodaba por el campamento de Madián, llegó hasta una tienda, chocó contra ella y la volcó de arriba abajo.» (Jueces 7, 13)

  • Al otro día, cuando se levantaron los asdodeos, vieron que Dagón estaba boca abajo en el suelo, delante del Arca de Yavé. Levantaron a Dagón y lo volvieron a poner en su lugar. (1 Samuel 5, 3)

  • Estos persiguieron a los filisteos, desde Mizpá hasta más abajo de Betcar. (1 Samuel 7, 11)

  • La entrada del piso de abajo estaba en el ala derecha de la Casa y por una escalera se subía al otro piso y, de éste, al de arriba. (1 Reyes 6, 8)

  • Y éste reconstruyó Gazer, Betorón de abajo, (1 Reyes 9, 17)

  • Les dijo: «Echenla abajo.» La echaron por la ventana y su sangre salpicó los muros y los caballos, y Jehú pasó por encima con su carro. (2 Reyes 9, 33)

  • Hija suya fue Será, que edificó Betorón de arriba y de abajo y Ulen-Será. (1 Crónicas 7, 24)

  • Joás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Ocozías, en Bet-Semes, y lo llevó a Jerusalén; y echó abajo la muralla de Jerusalén, desde la puerta de Efraím hasta la puerta del Angulo. (2 Crónicas 25, 23)

  • Tobías, el amonita, que estaba a su lado, dijo: «Déjenlos que construyan; pues cualquier zorro echará abajo su muralla.» (Nehemías 3, 35)

  • Sus raíces abajo se secan y sus ramas arriba se marchitan. (Job 18, 16)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina