Encontrados 387 resultados para: Vino

  • Acababa Jesús de desembarcar, cuando vino a su encuentro un hombre de la ciudad que estaba poseído por demonios. Desde hacía mucho tiempo no se vestía ni vivía en casa alguna, sino que habitaba en las tumbas. (Evangelio según San Lucas 8, 27)

  • Estaba aún Jesús hablando, cuando alguien vino a decir al dirigente de la sinagoga: «Tu hija ha muerto; no tienes por qué molestar más al Maestro.» (Evangelio según San Lucas 8, 49)

  • Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. (Evangelio según San Lucas 10, 34)

  • La reina del Sur resucitará en el día del Juicio junto con la gente de hoy, y los acusará, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí tienen ustedes mucho más que Salomón. (Evangelio según San Lucas 11, 31)

  • la gente comía, bebía, y se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio que los hizo perecer a todos. (Evangelio según San Lucas 17, 27)

  • Vino el segundo y le dijo: «Señor, tu moneda ha producido otras cinco más.» (Evangelio según San Lucas 19, 18)

  • También los soldados se burlaban de él. Le ofrecieron vino agridulce (Evangelio según San Lucas 23, 36)

  • Vino un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. (Evangelio según San Juan 1, 6)

  • Vino para dar testimonio, como testigo de la luz, para que todos creyeran por él. (Evangelio según San Juan 1, 7)

  • Vino a su propia casa, y los suyos no lo recibieron; (Evangelio según San Juan 1, 11)

  • Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino.» (Evangelio según San Juan 2, 3)

  • Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamó al novio, pues no sabía de dónde provenía, a pesar de que lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. (Evangelio según San Juan 2, 9)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina