Encontrados 89 resultados para: Mensaje

  • Estos eran mejores que los de Tesalónica, y recibieron el mensaje con mucha disponibilidad. Diariamente examinaban las Escrituras para comprobar si las cosas eran así. (Hecho de los Apóstoles 17, 11)

  • Debido a eso, desde Mileto Pablo envió un mensaje a Efeso para convocar a los presbíteros de la Iglesia. (Hecho de los Apóstoles 20, 17)

  • Le respondieron: «Nosotros no hemos recibido ninguna carta de Judea referente a ti, y ninguno de los hermanos que han venido de allá nos ha dicho o transmitido mensaje alguno contra ti. (Hecho de los Apóstoles 28, 21)

  • Y luego se dice: Muy cerca de ti está la Palabra, ya está en tus labios y en tu corazón. Ahí tienen nuestro mensaje, y es la fe. (Carta a los Romanos 10, 8)

  • Así, pues, la fe nace de una proclamación, y lo que se proclama es el mensaje cristiano. (Carta a los Romanos 10, 17)

  • a medida que se afianzaba entre ustedes el mensaje de Cristo. (1º Carta a los Corintios 1, 6)

  • Mis palabras y mi mensaje no contaron con los recursos de la oratoria, sino con manifestaciones de espíritu y poder, (1º Carta a los Corintios 2, 4)

  • Todo eso es obra de Dios, que nos reconcilió con él en Cristo y que a nosotros nos encomienda el mensaje de la reconciliación. (2º Carta a los Corintios 5, 18)

  • Pues en Cristo Dios estaba reconciliando el mundo con él; ya no tomaba en cuenta los pecados de los hombres, sino que a nosotros nos entregaba el mensaje de la reconciliación. (2º Carta a los Corintios 5, 19)

  • Acabábamos de ser muy maltratados e insultados en Filipos, pero, confiados en nuestro Dios, nos atrevimos a anunciarles el mensaje de Dios, enfrentando nuevas luchas. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 2)

  • Este es el mensaje del que Dios me ha hecho predicador y apóstol - yo no miento y es pura verdad: enseño a las naciones en forma creíble y sin errores. (1º Carta a Timoteo 2, 7)

  • Este es el mensaje para el que fui hecho predicador, apóstol y maestro, (2º Carta a Timoteo 1, 11)


“Seja perseverante nas orações e nas santas leituras.” São Padre Pio de Pietrelcina