Encontrados 750 resultados para: Lugar

  • Los que cumplan bien su oficio se ganarán un lugar de honor, llegando a ser hombres firmes en la fe cristiana. (1º Carta a Timoteo 3, 13)

  • Sin lugar a dudas, es grande el misterio de la Bondad: El se ha manifestado en la carne; rehabilitado por el Espíritu, ha sido presentado a los ángeles. Proclamado a todas las naciones y creído en el mundo, ya fue elevado y glorificado. (1º Carta a Timoteo 3, 16)

  • Al agricultor que trabaja duro le corresponden en primer lugar los frutos de la cosecha. Entiende lo que quiero decirte; (2º Carta a Timoteo 2, 6)

  • que se apartaron de la verdad afirmando que la resurrección ya tuvo lugar, con lo que desconciertan la fe de algunos. (2º Carta a Timoteo 2, 18)

  • Hubiera deseado retenerlo a mi lado, para que me sirviera en tu lugar, mientras estoy preso por el Evangelio. (Carta a Filemon 1, 13)

  • Alguien dijo en algún lugar: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el Hijo del hombre para que lo tomes en cuenta? (Carta a los Hebreos 2, 6)

  • Me enojé y declaré con juramento: No entrarán jamás en mi lugar de descanso. (Carta a los Hebreos 3, 11)

  • ¿A quiénes juró Dios que no entrarían en su lugar de descanso? A aquellos rebeldes, por supuesto, (Carta a los Hebreos 3, 18)

  • Es preciso, pues, que creamos, si queremos entrar en el lugar de descanso recién mencionado: Por eso me enojé y declaré con juramento: No entrarán jamás en mi lugar de descanso. Aquí se trata del descanso de Dios después de la creación del mundo. (Carta a los Hebreos 4, 3)

  • No creamos que Josué los introdujo en el lugar donde debían descansar; de ser así Dios no habría indicado posteriormente otro día. (Carta a los Hebreos 4, 8)

  • Y en otro lugar se dijo: Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. (Carta a los Hebreos 5, 6)

  • Una primera habitación fue destinada para el candelabro y la mesa con los panes ofrecidos; esta parte se llama el Lugar Santo. (Carta a los Hebreos 9, 2)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina