Encontrados 186 resultados para: Lejos
Pero Yavé tuvo piedad y se compadeció de ellos, volviéndose propicio a ellos, a causa de la Alianza con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos totalmente ni echarlos lejos de su rostro. (2 Reyes 13, 23)
Entonces Yavé se enojó muchísimo contra Israel y los arrojó lejos de su presencia, quedando solamente la tribu de Judá. (2 Reyes 17, 18)
Los humilló y dejó que los invasores los arruinaran hasta que llegó el día en que los arrojó lejos de su presencia. (2 Reyes 17, 20)
Todo esto ocurrió solamente por orden de Yavé. Quería arrojar al pueblo de Judá lejos de su presencia por los pecados de Manasés, (2 Reyes 24, 3)
así se iba preparando el castigo de Yavé contra Jerusalén y Judá, hasta que los echó lejos de su presencia. (2 Reyes 24, 20)
El rey de Babilonia los ejecutó en Ribla, en el país de Jamat. Entonces fue desterrado Judá lejos de su tierra. (2 Reyes 25, 21)
Salomón dejó el Santuario de Gabaón, y volvió a Jerusalén lejos de la Tienda de las Citas y reinó sobre Israel. (2 Crónicas 1, 13)
Hizo construir en Jerusalén máquinas inventadas por un ingeniero, que colocó en las torres y en los ángulos de los muros para disparar saetas y piedras grandes. Su fama se extendió lejos porque fue prodigioso el modo como supo buscarse colaboradores hasta hacerse fuerte. (2 Crónicas 26, 15)
y el pueblo no podía distinguir entre los gritos de júbilo y el clamor de los llantos, porque gritaba con alegría, y el ruido se escuchaba hasta lejos. (Esdras 3, 13)
Les dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «Los trabajos tienen mucha extensión y nosotros estamos repartidos a lo largo de la muralla, lejos uno de otro, (Nehemías 4, 13)
Aquel día se ofrecieron grandes sacrificios y la gente se entregó a la diversión, pues Dios les había concedido una gran alegría; también las mujeres y los niños participaron en la fiesta. La bulla de Jerusalén se oía desde lejos. (Nehemías 12, 43)
Pueblos numerosos vendrán de lejos para celebrar el Nombre del Señor Dios trayendo en sus manos obsequios para el Rey del cielo. Todas las generaciones en ti darán señales de alegría, y tu nombre será glorioso para siempre. (Tobías 13, 13)
