Encontrados 186 resultados para: Lejos

  • Los benjaminitas pensaron: «Los hemos derrotado como la primera vez.» Pero los israelitas se habían dicho: «Vamos a huir para atraerlos lejos de la ciudad y cortarles los caminos.» (Jueces 20, 32)

  • Rut le replicó: «No me obligues a dejarte yéndome lejos de ti, pues a donde tú vayas, iré yo; y donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. (Rut 1, 16)

  • Por eso Yavé, Dios de Israel, dice: Yo había prometido que tu familia y la familia de tu padre me servirían como sacerdotes para siempre. Pero ahora, lejos de mí tal cosa; porque a los que me honran, yo los honro, pero a los que me desprecian, yo los desprecio. (1 Samuel 2, 30)

  • Que mi sangre no caiga en tierra, lejos de la presencia de Yavé. ¿Por qué has salido a cazarme como quien persigue una perdiz en los cerros?» (1 Samuel 26, 20)

  • Todos somos mortales y así como el agua que se derrama en tierra no se puede recoger, así tampoco Dios devuelve la vida. Vaya, pues, pensando el rey cómo hacerlo para que el desterrado no siga lejos de él. (2 Samuel 14, 14)

  • En todas las tribus de Israel se escuchaba la misma queja: «El rey nos libró de nuestros enemigos, nos salvó de los filisteos y ahora tuvo que huir lejos de Absalón. (2 Samuel 19, 10)

  • Joab respondió: «¡Lejos de mí! Yo no quiero destruir. (2 Samuel 20, 20)

  • De nada se me puede acusar delante de él y me mantengo lejos del pecado. (2 Samuel 22, 24)

  • Cuando lo pasaron, dijo Elías a Eliseo: «Voy a ser llevado lejos de ti. Pídeme antes lo que quieras que haga por ti.» Eliseo dijo: «Haz que tenga lo mejor de tu espíritu.» (2 Reyes 2, 9)

  • Elías dijo: «Pides una cosa difícil, pero, si alcanzas a verme cuando sea llevado lejos de ti, lo tendrás. Si no, no lo tendrás.» (2 Reyes 2, 10)

  • Cuando se despertaron por la mañana y vieron brillar el sol sobre las aguas, éstas les parecieron desde lejos como si fueran sangre. (2 Reyes 3, 22)

  • Llegó al monte Carmelo, donde el hombre de Dios. Eliseo la vio de lejos y dijo a su muchacho: «Ahí viene nuestra sunamita. (2 Reyes 4, 25)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina