Encontrados 2234 resultados para: Ese

  • Entonces el hombre entró en la casa y desensilló los camellos. Dieron paja y forraje a los camellos, y a él y sus acompañantes les trajeron agua para que se lavaran los pies. (Génesis 24, 32)

  • Después salió su hermano, que agarraba con su mano el talón de Esaú, y lo llamaron Jacob.Isaac tenía sesenta años cuando nacieron. (Génesis 25, 26)

  • Dijo Esaú a Jacob: "Por favor, dame un poco de ese guiso rojizo, pues estoy hambriento" (por eso fue llamado Edom, o sea, rojizo). (Génesis 25, 30)

  • Pero los pastores de Guerar riñeron con los pastores de Isaac diciendo que el agua era de ellos. Por eso Isaac llamó a ese pozo Esec, ya que se habían peleado por él. (Génesis 26, 20)

  • Ese mismo día llegaron unos servidores de Isaac a comunicarle que habían abierto un pozo y que habían encontrado agua. (Génesis 26, 32)

  • Después tú se lo presentas a tu padre para que lo coma y te bendiga antes de su muerte.» (Génesis 27, 10)

  • Esaú declaró: «Con razón le dieron el nombre de Jacob, pues me ha suplantado por segunda vez. Primero me quitó los derechos de primogénito, y ahora me ha quitado la bendición.» Esaü preguntó: «¿Y no me has reservado alguna bendición?» (Génesis 27, 36)

  • Al llegar a un cierto lugar, se dispuso a pasar allí la noche pues el sol se había ya puesto. Escogió una de las piedras del lugar, la usó de cabecera, y se acostó en ese lugar. (Génesis 28, 11)

  • Jacob llamó a ese lugar Betel, pues antes aquella ciudad era llamada Luz. (Génesis 28, 19)

  • Lía no tenía brillo en sus ojos, mientras Raquel tenía buena presencia y era linda. (Génesis 29, 17)

  • Ese mismo día Labán puso aparte todos los cabritos rayados o con manchas, y a cuanto cordero había con color negro, y se los dio a sus hijos, (Génesis 30, 35)

  • Pero eso sí, al que descubras que tiene en su poder tus dioses, ése morirá. En presencia de nuestros hermanos, revisa todo lo que yo tengo, y si reconoces algo tuyo, llévatelo.» Pero Jacob ignoraba que Raquel había robado los ídolos. (Génesis 31, 32)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina