Encontrados 140 resultados para: Daré

  • Te daré la tierra que di a Abraham e Isaac, y la daré a tus descendientes después de ti...» (Génesis 35, 12)

  • Tomen a su padre y a sus familias y vengan aquí. Yo les daré lo mejor del país de Egipto y comerán lo mejor de esta tierra. (Génesis 45, 18)

  • José les respondió: «Si no tienen más dinero, denme sus ganados y yo en cambio les daré pan.» (Génesis 47, 16)

  • "Mira, yo haré que seas fecundo y que te multipliques. Haré de ti una asamblea de naciones y te daré a ti y a tus descendientes después de ti este país, como una propiedad eterna." (Génesis 48, 4)

  • Yo los introduciré en la tierra que con juramento prometí darles a Abrahán, a Isaac y a Jacob; y se la daré como herencia, pues yo soy Yavé.» (Exodo 6, 8)

  • Así entenderán los egipcios que yo soy Yavé, cuando vean los golpes que les daré para sacar de su país a los hijos de Israel.» (Exodo 7, 5)

  • Durante esa noche, yo recorreré el país de Egipto y daré muerte a todos los primogénitos de Egipto, tanto de los egipcios como de sus animales; y demostraré a todos los dioses de Egipto quién soy yo, Yavé. (Exodo 12, 12)

  • Yavé dijo a Moisés: «Sube a lo más alto del cerro y detente allí. Yo te daré unas tablas de piedra con la enseñanza y los mandamientos que tengo escritos en ellas, a fin de que los enseñes al pueblo.» (Exodo 24, 12)

  • En el Arca pondrás el Testimonio que yo te daré. (Exodo 25, 16)

  • y pondrás dentro de ella el Testimonio que yo te daré. (Exodo 25, 21)

  • Acuérdate de tus servidores Abrahán, Isaac y Jacob, y de las promesas que les hiciste. Pues juraste por tu propio Nombre: "Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu raza la tierra que te prometí, para que sea de ellos para siempre".» (Exodo 32, 13)

  • Yavé dijo a Moisés: «Márchate de ese lugar tú y tu pueblo que saqué de Egipto; sube a la tierra que yo prometí con juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob cuando les dije: Se la daré a tu descendencia. (Exodo 33, 1)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina