Encontrados 469 resultados para: Ciudades

  • ¿A dónde nos están llevando? Los mensajeros dicen que la gente de allá es más fuerte y más numerosa que nosotros; las ciudades son grandes y con murallas que llegan al cielo; incluso se han visto allí gigantes. Con esto se nos ha ido abajo el ánimo . (Deuteronomio 1, 28)

  • En ese tiempo tomamos todas sus ciudades y las consagramos en anatema, matando a sus habitantes, hombres, mujeres y niños, sin perdonar vida alguna, (Deuteronomio 2, 34)

  • salvo la de los animales, que fueron parte del botín como los despojos de las ciudades que ocupamos. (Deuteronomio 2, 35)

  • Pero, como Yavé, nuestro Dios nos había prohibido la tierra de los amonitas, no tocamos las ciudades de la pendiente del Yaboc ni las ciudades de los cerros. (Deuteronomio 2, 37)

  • Nos adueñamos de todas sus ciudades, no hubo población que se nos escapara; nos apoderamos de sesenta ciudades: toda la comarca de Argob, del reino de Og, en Basán. (Deuteronomio 3, 4)

  • Todas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y trancas, sin contar los pueblos del campo, que eran innumerables. (Deuteronomio 3, 5)

  • Los consagramos en anatema, exterminando a aquella gente, como lo habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón: acabamos con todas las ciudades, hombres, mujeres y niños. (Deuteronomio 3, 6)

  • Solamente guardamos los despojos de las ciudades y todo el ganado. (Deuteronomio 3, 7)

  • Y tomamos todas las ciudades de la meseta y toda la tierra de Galaad y de Basán hasta Selca y Edreí, ciudades del reino de Og, en Basán. (Deuteronomio 3, 10)

  • Nos adueñamos, pues, en aquel tiempo de ese país. Yo di a las tribus de Rubén y de Gad la mitad de los cerros de Galaad con sus ciudades, desde Aroer, situada a la orilla del torrente de Arnón. (Deuteronomio 3, 12)

  • Moisés designó tres ciudades al otro lado del Jordán, hacia el oriente, (Deuteronomio 4, 41)

  • para que allí se refugiara el que involuntariamente diera muerte a su prójimo, siempre que no hubiese sido antes su enemigo. Con refugiarse en una de esas ciudades estaría a salvo. (Deuteronomio 4, 42)


“Somente por meio de Jesus podemos esperar a salvação.” São Padre Pio de Pietrelcina