Encontrados 25 resultados para: óleo

  • «Toma contigo a Aarón y a sus hijos, y también sus vestiduras, el óleo de la unción, el novillo para el sacrificio por el pecado, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura. (Levítico 8, 2)

  • Después Moisés tomó el óleo de la unción y ungió la morada de Yavé y la consagró con cuanto había dentro de ella. (Levítico 8, 10)

  • Roció con el óleo siete veces el altar y lo ungió con todos los utensilios, así como también la pila y su base, para que quedarán consagrados. (Levítico 8, 11)

  • Moisés derramó oleo sobre la cabeza de Aarón y lo ungió para consagrarlo. (Levítico 8, 12)

  • Después Moisés tomó el óleo de la unción y sangre de la que había encima del altar y roció a Aarón y sus vestiduras, como también a sus hijos y sus vestiduras. Así, pues, los consagró. (Levítico 8, 30)

  • Ustedes no saldrán de la Tienda de las Citas si no quieren morir, pues está sobre ustedes el óleo de la unción de Yavé.» Ellos actuaron en todo conforme al precepto de Moisés. (Levítico 10, 7)

  • El sacerdote que ha sido puesto más alto que sus hermanos, sobre cuya cabeza se ha derramado el óleo de unción, y que ha sido consagrado para revestir las vestiduras, en ningún caso tendrá su cabellera suelta ni rasgará sus vestidos. (Levítico 21, 10)

  • No puede salir del Lugar Santo sin profanar el orden del Lugar Santo, porque el óleo que lo consagró a su Dios permanece sobre él como un diadema sobre su cabeza: ¡yo soy Yavé! (Levítico 21, 12)

  • Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, estará al cuidado del aceite del alumbrado, del incienso aromático, de los panes de ofrenda perpetua y del óleo de unción; cuidará de toda la Morada y de cuanto hay en ella, sean cosas sagradas o sus utensilios.» (Números 4, 16)

  • Salvará a este hombre de la mano del vengador de la sangre y lo hará volver a la ciudad de asilo en la que se refugió. Allí vivirá hasta la muerte del sumo sacerdote ungido con el óleo santo. (Números 35, 25)

  • Encontré a David mi servidor, y lo ungí con óleo santo, (Salmos 89, 21)

  • Que el justo me golpee y me corrija y el óleo de los malos no luzca en mi cabeza. mi oración denunciará siempre sus crímenes. (Salmos 141, 5)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina