Encontrados 139 resultados para: �Queda

  • cuando tiemblen los guardias de la casa,y se encorven los porteros,cuando lo que queda de muelas deje de moler,y se queden ciegos los que miran detrás de las ventanas; (Eclesiastés (Qohelet) 12, 3)

  • Déjense pues de quejas injustificadas, eviten los propósitos condenables, pues ni siquiera la palabra dicha en secreto queda sin consecuencias y la boca mentirosa mata al alma. (Sabiduría 1, 11)

  • como el navío que corta la espuma del mar, y de cuyo paso no queda huella alguna, ni marca de su quilla en las olas. (Sabiduría 5, 10)

  • A lo mejor se dice a sí mismo: "Tengo bien ganado el descanso, ya puedo vivir con lo que he adquirido". Pero no sabe el tiempo que le queda, morirá y se lo dejará todo a otros. (Sirácides (Eclesiástico) 11, 19)

  • Pone su tienda en manos de la sabiduría y se queda en esa feliz morada. (Sirácides (Eclesiástico) 14, 25)

  • El insensato se inclina desde la puerta para mirar adentro, el hombre bien educado se queda de pie afuera. (Sirácides (Eclesiástico) 21, 23)

  • Otro tanto ocurre con el herrero sentado junto al yunque, ocupado totalmente en fierro que forja mientras literalmente se derrite por el ardor del fuego. Tiene que protegerse de la fragua y del ruido del martillo que le rompe los tímpanos. Toda su atención está centrada en hacer un trabajo perfecto y se queda hasta altas horas de la noche embelleciendo su obra. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 28)

  • Explicar este mundo de maravillas es una cosa que le queda grande aun a los Santos del Señor. Porque el Señor, Dueño del Universo, le dio consistencia en su propia gloria. (Sirácides (Eclesiástico) 42, 17)

  • Los copos de nieve descienden como pájaros; se posa como la langosta. Su blancura inmaculada maravilla a nuestros ojos, el pensamiento queda en suspenso al verla caer. (Sirácides (Eclesiástico) 43, 18)

  • desde la planta de los pies hasta la cabeza no les queda nada sano; sólo eridas, golpes, llagas vivas que no han sido envueltas ni vendadas ni aliviadas con aceite. (Isaías 1, 6)

  • Nadie de los suyos se debilita o se cansa, ni se queda dormido o se pone a cabecear, ninguno se suelta los cordones de su zapato. (Isaías 5, 27)

  • ¡Que den aullidos en la alcaldía, que grite la ciudad! Filistea entera se queda sin ánimo. Porque por el norte se levanta una humareda, ¡y nadie de sus soldados abandona las filas! (Isaías 14, 31)


“Jesus vê, conhece e pesa todas as suas ações.” São Padre Pio de Pietrelcina