4. Al ver los nativos a la víbora colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: «Sin duda éste es un asesino. Aunque se haya salvado del mar, la justicia divina no lo deja vivir.»





“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina