4. Al verlos, Sedecías, rey de Judá, y todos los combatientes emprendieron la huida, saliendo de noche de la ciudad por el camino del jardín real, por la puerta situada entre los dos muros, tomando el camino de la Arabá.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina