Bíblia Católica
 

Isaías, 34

10. Ni de noche ni de día se apagará, por siempre subirá el humo de ella. De generación en generación quedará arruinada, y nunca jamás habrá quien pase por ella.

Versículos relacionados com Isaías, 34:

Isaías 34 describe el juicio de Dios sobre las naciones, especialmente Edom, debido a su rebelión contra él. El capítulo enfatiza la destrucción total y la desolación que vendrá sobre estas naciones malvadas como resultado de la justicia divina. A continuación hay cinco versículos relacionados con los temas abordados en Isaías 34:

Jeremías 49:17: "Así dice el Señor de los anfitriones, he aquí, cortaré a Babilonia y lo haré un objeto de asombro y burla; vacío será para siempre". Este versículo habla sobre la caída de Babilonia, una de las naciones que recibió el juicio de Dios.

Naum 1:8: "Con una inundación que pasará, terminará su lugar; la oscuridad perseguirá a sus enemigos". Naum profetiza la destrucción de Nínive, una ciudad malvada que fue juzgada por Dios debido a su crueldad y pecado.

Ezequiel 25:13: "Por lo tanto, el Señor Dios dice que también extenderé mi mano sobre Edom, y le tomaré hombres y animales; y me convertiré en desierto; Ezequiel profetiza la destrucción de Edom, una nación vecina de Israel que se rebeló contra Dios y fue juzgado por él.

Joel 3:19: "Egipto se convertirá en la desolación, y Edom en un desierto desierto, debido a la violencia contra los hijos de Judá, cuya sangre se ha convertido en su tierra". Joel profetiza la destrucción de Edom debido a su violencia contra los hijos de Judá.

Amós 1:11: "Así dice el Señor, por tres transgresiones de Edom, y para cuatro no eliminaré el castigo, porque perseguía con espada a su hermano, y violé sus intestinos; tu indignación para siempre". Amos denuncia a Edom por su crueldad y violencia contra el pueblo de Israel, y las profecías de que Dios los juzgará por sus pecados.





“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina