5. Dijo David a Akís: «Si he hallado gracia a tus ojos, que se me asigne un lugar en una de las ciudades del territorio, para residir en ella. ¿Por qué ha de morar tu siervo a tu lado, en la ciudad real?»





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina