Salmos, 20

1. Al maestro de coro. Salmo de David

2. Que el Señor te escuche en el día de tu angustia, que te proteja el nombre del Dios de Jacob;

3. que te envíe su socorro desde su santuario, que sea desde Sión tu apoyo;

4. que se acuerde de todas tus ofrendas y tus holocaustos acepte con agrado;

5. que te conceda todo lo que quieras y realice todos tus proyectos.

6. Entonces celebraremos tu victoria y en nombre de Dios tremolaremos las banderas. Que el Señor te conceda todo lo que pidas.

7. Ahora ya lo sé: el Señor da la victoria a su mesías, lo escucha desde los santos cielos por las proezas victoriosas de su diestra.

8. Unos confían en los carros, otros en los caballos, nosotros en el nombre del Señor, nuestro Dios;

9. ellos vacilarán, caerán, y nosotros en pie nos mantendremos.

10. Señor, da la victoria al rey, escúchanos siempre que te invoquemos.

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El Salmo 20 es una oración por el éxito y la protección del rey y la gente de Israel en tiempos de guerra. El salmista invoca ayuda divina y le pide a Dios que escuche sus oraciones. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en el Salmo 20:

Isaías 31:5: "A medida que los pájaros vuelan, el Señor de los anfitriones protegerá a Jerusalén; lo protegerá, lo liberará, lo salvará y lo rescatará". Este versículo habla de la protección que Dios ofrece a su pueblo en tiempos de guerra, tal como el salmista pregunta en el Salmo 20.

2 Crónicas 32:7: "Se esfuerzan y sean valientes; no tengas miedo o desanimado ante el rey de Asiria y todo el ejército con él, porque hay una mayor con nosotros que con él". Este versículo habla de la confianza que el rey Ezequías tuvo en ayuda divina en tiempos de guerra, así como al salmista en el Salmo 20.

Salmo 33:16: "Ningún rey es salvado por el tamaño de su ejército; ningún guerrero escapa de su gran fuerza". Este versículo destaca la importancia de la ayuda divina en la protección del pueblo de Dios, independientemente del tamaño del ejército o la fuerza militar.

Deuteronomio 20:4: "Para el Señor, tu Dios, te acompañará y luchará por ti contra los enemigos para darles victoria". Este versículo habla de la confianza que la gente de Israel tenía en ayuda divina en tiempos de guerra, así como al salmista en el Salmo 20.

Salmo 144:1: "Bendito sea el Señor, mi roca, que entrena mis manos para la guerra y mis dedos para luchar". Este versículo habla de la confianza del salmista en la ayuda divina en tiempos de guerra, al igual que el Salmo 20.

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