34. para el pan de la ofrenda y la oblación perpetua, para el holocausto diario y los sacrificios del sábado, de las neomenias y solemnidades, para las ofrendas consagradas y los sacrificios de expiación por los pecados de Israel, en una palabra, para todo el servicio de la Casa de nuestro Dios.





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina