8. Porque, si bien es verdad que los entristecí con mi carta, no me lamento de haberlo hecho. Si antes lo lamenté -al saber que aquella carta, aunque sólo fuera momentáneamente, los entristeció-





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina