Encontrados 10 resultados para: manchas

  • Y aquel mismo día Labán separó los machos cabríos manchados, todas las cabras manchadas, toda res con manchas blancas y todas las ovejas negras, y se las entregó a sus hijos, (Génesis 30, 35)

  • Si un hombre o una mujer tienen en la piel manchas relucientes y blancas, (Levítico 13, 38)

  • el sacerdote las examinará; si las manchas que hay sobre la piel son de un color blancuzco, se trata de eczema que ha brotado en la piel; el enfermo es puro". (Levítico 13, 39)

  • inflamaciones, pústulas o manchas relucientes, (Levítico 14, 56)

  • No me di cuenta de que en la pared había golondrinas y, estando con los ojos abiertos, las golondrinas dejaron caer sobre mis ojos sus excrementos calientes, causándome unas manchas blancas. Acudí a los médicos buscando curación; pero cuantos más ungüentos me aplicaban, menos veía, hasta que me quedé completamente ciego. Durante cuatro años no pude ver. Mis hermanos estaban afligidos. Ajicar se preocupó de mi alimento durante dos años, hasta que se marchó a Elimaida. (Tobías 2, 10)

  • y envió a Rafael para curarlos; a Tobit, de las manchas blancas de sus ojos, para que volviese a ver la luz del cielo, y a Sara, hija de Ragüel, para darla por esposa a Tobías, hijo de Tobit, librándola del maligno demonio Asmodeo, pues correspondía a Tobías casarse con ella con preferencia a todos los demás pretendientes. Al mismo tiempo que Tobit volvía del patio de su casa, Sara, hija de Ragüel, bajaba del piso superior. (Tobías 3, 17)

  • La hiel sirve de ungüento para las manchas blancas de los ojos; se sopla sobre ellas, y se curan". (Tobías 6, 9)

  • Unta sus ojos con la hiel del pez; al escocerle, se frotará y desaparecerán las manchas blancas. Tu padre recobrará la vista y verá la luz". (Tobías 11, 8)

  • Con las dos manos quitó las manchas blancas de los lagrimales de sus ojos. (Tobías 11, 12)

  • ¿Puede un negro cambiar su piel o un leopardo sus manchas? ¿Y vosotros, habituados al mal, podréis hacer el bien? (Jeremías 13, 23)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina