Encontrados 20 resultados para: encina

  • Abrán atravesó el país hasta el lugar de Siquén, hasta la encina de Moré. Los cananeos habitaban entonces en el país. (Génesis 12, 6)

  • Ellos dieron a Jacob todos los dioses extranjeros que poseían y los anillos que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró bajo la encina que hay cerca de Siquén. (Génesis 35, 4)

  • Débora, la nodriza de Rebeca, murió y fue enterrada pendiente abajo de Betel, bajo una encina, que fue llamada "la encina del llanto". (Génesis 35, 8)

  • Estos montes se encuentran al otro lado del Jordán, detrás del camino del occidente, en la tierra de los cananeos que viven en la Arabá, frente a Guilgal, junto a la encina de Moré. (Deuteronomio 11, 30)

  • Su frontera iba de Jélef y de la encina de Sananín a Adamí Nequeb, a Yabnel, hasta Lacún, y terminaba en el Jordán; (Josué 19, 33)

  • Y escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios. Tomó después una gran piedra y la levantó allí, debajo de la encina que había en el santuario del Señor. (Josué 24, 26)

  • Jéber, el quenita, se había separado de la tribu de Caín, de los hijos de Jobab, suegro de Moisés, y había plantado sus tiendas alrededor de la encina de Saananín, cerca de Cades. (Jueces 4, 11)

  • El ángel del Señor vino y se sentó bajo la encina de Ofrá, que pertenecía a Joás, de Abiezer. Gedeón, su hijo, estaba limpiando el trigo en el lagar para ocultarlo a Madián. (Jueces 6, 11)

  • Gedeón se fue, preparó un cabrito, y con una media fanega de harina hizo panes sin levadura; puso la carne en una cesta y el caldo en una olla, lo llevó bajo la encina y se lo presentó. (Jueces 6, 19)

  • Los hijos nobles de Siquén y de Bet Miló se reunieron y proclamaron a Abimelec junto a la encina de la estela que está en Siquén. (Jueces 9, 6)

  • Gaal insistió: "Unos bajan por el ombligo de la tierra y otro bando viene por el camino de la encina de los adivinos". (Jueces 9, 37)

  • Absalón se encontró frente a frente con los hombres de David. Absalón iba montado en un mulo, y, al pasar por debajo de las ramas de una gran encina, la cabeza de Absalón se enredó en las ramas de la encina y quedó colgado entre el cielo y la tierra. El mulo siguió adelante. (II Samuel 18, 9)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina