31. Se alzó un viento, enviado por Yahveh, que hizo pasar codornices del lado del mar, y las extendió sobre el campamento, en una extensión de una jornada de camino a uno y otro lado alrededor del campamento, y a una altura de dos codos por encima del suelo.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina