Jeremías, 4
25. Miré, y he aquí que no había un alma, y todas las aves del cielo se habían volado.
25. Miré, y he aquí que no había un alma, y todas las aves del cielo se habían volado.
“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina