Deuteronomio, 9
17. Tomé entonces las dos tablas, las arrojé de mis manos y las hice pedazos a vuestros propios ojos.
17. Tomé entonces las dos tablas, las arrojé de mis manos y las hice pedazos a vuestros propios ojos.
“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina