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Apocalipsis, 15

4. ¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque han quedado de manifiesto tus justos designios».

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Apocalipsis 15 trata sobre la visión de John sobre el derrame de las últimas siete plagas, que Dios envía por Dios para castigar a los malvados y para preparar el camino para el regreso de Cristo. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas abordados en Apocalipsis 15:

Salmo 2:5: "Entonces te hablarás en tu ira, y en tu furor los turbará" Este verso habla sobre la ira de Dios que se verá sobre los malvados, una idea que se reanuda en Apocalipsis 15 .

Isaías 51:17: "Desperta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que habías bebido de la mano del Señor el cáliz de tu furor; bebiste, y has drenado el cáliz de las heces". Este versículo habla sobre el cáliz de la ira de Dios, que se menciona en Apocalipsis 15:7.

Éxodo 15:1: "Entonces Moses cantó y los hijos de Israel esta canción al Señor, y habló, diciendo: Cantaré al Señor, porque fue exaltado; arrojó su caballo al mar y su caballero". Este versículo habla sobre una canción de victoria que se canta después de la destrucción de los enemigos de Dios. En Apocalipsis 15:3, John ve a los ganadores sobre la bestia cantando una canción similar.

Isaías 6:4: "Y la umbra de las puertas se movió a la voz de lo que lloró, y la casa se llenó de humo". Este versículo habla sobre una visión de Isaías de la gloria de Dios. En Apocalipsis 15:8, Juan ve el templo lleno de la gloria de Dios.

Mateo. Este versículo habla sobre el regreso de Cristo y la reunión de los elegidos. Este tema es relevante para el Apocalipsis 15, ya que las plagas que se derraman son parte del proceso que conduce al regreso de Cristo.





“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina