12. Dalila tomó unas cuerdas nuevas y lo ató con ellas. Luego gritó: "¡Sansón, los filisteos se te vienen encima!". En la habitación había gente emboscada, pero el rompió las cuerdas de sus brazos como si fueran un hilo.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina