3. Por eso entregaste a sus jefes a la masacre, y así su lecho, envilecido por su engaño, también por un engaño quedó ensangrentado. Bajo tus golpes, cayeron muertos los esclavos con sus príncipes y los príncipes, sobre sus tronos.





“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina