10. Así lo hicieron, y Judit salió acompañada de su servidora. Los hombres de la ciudad la siguieron con la mirada, mientras descendía de la montaña hasta que atravesó el valle, y allí la perdieron de vista.





“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina