3. En el octavo año de su reinado, cuando todavía era joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David, y en el año duodécimo comenzó a purificar a Judá y Jerusalén de los lugares altos, de los postes sagrados y de los ídolos esculpidos o de metal fundido.





“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina