3. Que el rey designe inspectores en todas las provincias de su reino, para que ellos reúnan en el harén de la ciudadela de Susa a todas las jóvenes vírgenes y hermosas. Se las pondrá bajo la vigilancia de Hegué, el eunuco del rey encargado de las mujeres, y se las proveerá de cremas de belleza.





“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina