30. En sus templos, los sacerdotes permanecen sentados con sus túnicas desgarradas, con la cabeza y la barba raída y la cabeza descubierta;





“Que Nossa Mãe do Céu tenha piedade de nós e com um olhar maternal levante-nos, purifique-nos e eleve-nos a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina