Znaleziono 176 Wyniki dla: serpiente de bronce

  • Salomón fabricó todos estos utensilios en tan enorme cantidad que no se pudo calcular el peso del bronce. (II Crónicas 4, 18)

  • Salomón había hecho un estrado de bronce de cinco codos de largo, cinco codos de ancho, y tres codos de alto, que había colocado en medio del atrio; poniéndose sobre él se arrodilló frente a toda la asamblea de Israel. Y extendiendo sus manos hacia el cielo, (II Crónicas 6, 13)

  • Salomón consagró el interior del patio, que está delante de la Casa de Yahveh, pues ofreció allí los holocaustos y las grasas de los sacrificios de comunión, ya que el altar de bronce que había hecho Salomón no podía contener el holocausto, la oblación y las grasas. (II Crónicas 7, 7)

  • el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confió a los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. (II Crónicas 12, 10)

  • El rey y Yehoyadá se lo daban a los encargados de las obras del servicio de la Casa de Yahveh, y éstos tomaban a sueldo canteros y carpinteros para restaurar la Casa de Yahveh, y también a los que trabajaban en hierro y bronce, para reparar la Casa de Yahveh. (II Crónicas 24, 12)

  • Entonces Yahveh hizo venir sobre ellos a los jefes del ejército del rey de Asiria, que apresaron a Manasés con ganchos, le ataron con cadenas de bronce y le llevaron a Babilonia. (II Crónicas 33, 11)

  • Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió contra él y le ató con cadenas de bronce para conducirle a Babilonia. (II Crónicas 36, 6)

  • veinte copas de oro de mil dáricos y dos objetos de hermoso bronce dorado, preciosos como el oro. (Esdras 8, 27)

  • ¿Es mi fuerza la fuerza de la roca? ¿es mi carne de bronce? (Job 6, 12)

  • Si del arma de hierro logra huir, el arco de bronce le traspasa. (Job 20, 24)

  • Su soplo abrillantó los cielos, su mano traspasó a la Serpiente Huidiza, (Job 26, 13)

  • Tubos de bronce son sus vértebras; sus huesos, como barras de hierro. (Job 40, 18)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina