Znaleziono 302 Wyniki dla: monte Nebo

  • mi monte, en la campiña. Tu haber y todos tus tesoros al pillaje voy a dar, en pago por todos tus pecados de los altos, en todas tus fronteras. (Jeremías 17, 3)

  • «Miqueas de Moréset profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá, y dijo a todo el pueblo de Judá: Así dice Yahveh Sebaot: Sión será un campo que se ara, Jerusalén se hará un montón de ruinas, y el monte de la Casa un otero salvaje. (Jeremías 26, 18)

  • Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Todavía dirán este refrán en tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver a sus cautivos: «¡Bendígate Yahveh, oh estancia justa, oh monte santo!» (Jeremías 31, 23)

  • y entraron todos los jefes del rey de Babilonia y se instalaron en la Puerta Central: Nergal Sareser, Samgar Nebo, Sar Sekim, jefe superior, Nergal Sareser, alto funcionario y todos los demás jefes del rey de Babilonia. (Jeremías 39, 3)

  • Sobre Moab. Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: ¡Ay de Nebo, porque ha sido saqueada! Está confusa, ha sido tomada Quiryatáyim. Está confusa la acrópolis y anonadada. (Jeremías 48, 1)

  • a Dibón, a Nebo y a Bet Diblatáyim, (Jeremías 48, 22)

  • Ovejas perdidas era mi pueblo. Sus pastores las descarriaron, extraviándolas por los montes. De monte en collado andaban, olvidaron su aprisco. (Jeremías 50, 6)

  • por el monte Sión, que está asolado; ¡las raposas merodean en él! (Lamentaciones 5, 18)

  • Porque ha ordenado Dios que sean rebajados todo monte elevado y los collados eternos, y comados los valles hasta allanar la tierra, para que Israel marche en seguro bajo la gloria de Dios. (Baruc 5, 7)

  • A los peñasos sacados del monte se parecen esos maderos recubiertos de oro y plata, y sus servidores quedan en vergüenza. (Baruc 6, 38)

  • La gloria de Yahveh se elevó de en medio de la ciudad y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad. (Ezequiel 11, 23)

  • Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego. (Ezequiel 28, 14)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina