Znaleziono 84 Wyniki dla: manto

  • Tomó el manto que se le había caído a Elías y se volvió, parándose en la orilla del Jordán. (II Reyes 2, 13)

  • Tomó el manto de Elías y golpeó las aguas diciendo: ¿Dónde está Yahveh, el Dios de Elías?» Golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasó Eliseo. (II Reyes 2, 14)

  • Se apresuraron a tomar cada uno su manto que colocaron bajo él encima de las gradas; tocaron el cuerno y gritaron: «Jehú es rey.» (II Reyes 9, 13)

  • David iba revestido de un manto de lino fino, lo mismo que todos los levitas, que portaban el arca, los cantores y Kenanías, el jefe que dirigía el traslado. Llevaba también David sobre sí un efod de lino. (I Crónicas 15, 27)

  • Al oír esto rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué los pelos de la cabeza y de la barba, y me senté desolado. (Esdras 9, 3)

  • A la hora de la oblación de la tarde salí de mi postración y, con las vestiduras y el manto rasgados, caí de rodillas, extendí las manos hacia Yahveh mi Dios, (Esdras 9, 5)

  • Luego sacudí los plieges de mi manto diciendo: «¡Así sacuda Dios, fuera de su casa y de su hacienda, a todo aquel que no mantenga esta palabra: así sea sacudido y despojado!» Toda la asamblea respondió: «¡Amén!», y alabó a Yahveh. Y el pueblo cumplió esta palabra. (Nehemías 5, 13)

  • Cuanto a Mardoqueo, salió de la presencia del rey espléndidamente vestido de púrpura violeta y lino blanco, con una gran diadema de oro y manto de lino fino y púrpura; la ciudad de Susa se llenó de gozo y alegría. (Ester 8, 15)

  • Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rapó la cabeza, y postrado en tierra, (Job 1, 20)

  • Me había puesto la justicia, y ella me revestía, como manto y turbante, mi derecho. (Job 29, 14)

  • arropado de luz como de un manto, tú despliegas los cielos lo mismo que una tienda, (Salmos 104, 2)

  • Se vistió de maldición como de un manto: ¡que penetre en su seno como agua, igual que aceite dentro de sus huesos! (Salmos 109, 18)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina