Znaleziono 47 Wyniki dla: males

  • los que en su corazón maquinan males, y peleas albergan todo el día, (Salmos 140, 3)

  • Todos a su muerte se ciñeron la diadema y sus hijos después de ellos durante largos años; y multiplicaron los males sobre la tierra. (I Macabeos 1, 9)

  • En aquellos días surgieron de Israel unos hijos rebeldes que sedujeron a muchos diciendo: «Vamos, concertemos alianza con los pueblos que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellos, nos han sobrevenido muchos males.» (I Macabeos 1, 11)

  • Muchos del pueblo, todos los que abandonaban la Ley, se unieron a ellos. Causaron males al país (I Macabeos 1, 52)

  • con sus mujeres, sus hijos y sus ganados, porque los males duramente les oprimían. (I Macabeos 2, 30)

  • Además, todos aquellos que querían escapar de los males, se les juntaron y les ofrecieron su apoyo. (I Macabeos 2, 43)

  • Pero ahora caigo en cuenta de los males que hice en Jerusalén, cuando me llevé los objetos de plata y oro que en ella había y envié gente para exterminar sin motivo a los habitantes de Judá. (I Macabeos 6, 12)

  • Reconozco que por esta causa me han sobrevenido los males presentes y muero de inmensa pesadumbre en tierra extraña.» (I Macabeos 6, 13)

  • Se le unieron todos los perturbadores del pueblo, se hicieron dueños de la tierra de Judá y causaron graves males a Israel. (I Macabeos 7, 22)

  • «En cuanto a los males que el rey Demetrio les ha causado, le hemos escrito diciéndole: "¿Por qué has hecho sentir pesadamente tu yugo sobre nuestros amigos y aliados los judíos? (I Macabeos 8, 31)

  • al recordar los males que le causamos a él, a sus hermanos y a su nación.» (I Macabeos 10, 5)

  • Cuando Jonatán y el pueblo oyeron tales ofrecimientos, no les dieron crédito ni los aceptaron, porque recordaban los graves males que Demetrio había causado a Israel y la opresión tan grande a que les había sometido. (I Macabeos 10, 46)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina