Znaleziono 136 Wyniki dla: Galaad

  • Cuando Judas y Jonatán estaban en el país de Galaad, y su hermano Simón en Galilea, frente a Tolemaida, (I Macabeos 5, 55)

  • Preparó Trifón toda su caballería para ir, pero aquella noche cayó tal cantidad de nieve que le impidió acudir allá. Partió de allí y se fue a la región de Galaad. (I Macabeos 13, 22)

  • ¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres! Palomas son tus ojos a través de tu velo; tu melena, cual rebaño de cabras, que ondulan por el monte Galaad. (Cantar 4, 1)

  • Retira de mí tus ojos, que me subyugan. Tu melena cual rebaño de cabras que ondulan por el monte Galaad. (Cantar 6, 5)

  • ¿No hay sandáraca en Galaad?, ¿no quedan médicos allí? Pues ¿cómo es que no llega el remedio para la hija de mi pueblo? (Jeremías 8, 22)

  • Pues así dice Yahveh respecto a la casa real de Judá: Galaad eras tú para mí, cumbre del Líbano: pero ¡vaya si te trocaré en desierto, en ciudades deshabitadas! (Jeremías 22, 6)

  • Sube a Galaad y recoge bálsamo, virgen, hija de Egipto; en vano menudeas las curas: alivio no hay para ti. (Jeremías 46, 11)

  • Y devolveré a Israel a sus pastizal, y pacerá el Carmelo y el Basán, y en la montaña de Efraím y Galaad se saciará. (Jeremías 50, 19)

  • Lado oriental: entre el Jaurán y Damasco, entre Galaad y la tierra de Israel, el Jordán servirá de frontera hacia el mar oriental, hasta Tamar: Este, el lado oriental. (Ezequiel 47, 18)

  • Galaad es ciudad de malhechores, llena de huellas de sangre. (Oseas 6, 8)

  • Si Galaad es iniquidad, ellos no son más que mentira. En Guilgal sacrifican toros; por eso sus altares serán como escombros sobre los surcos de los campos. (Oseas 12, 12)

  • Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Damasco y por cuatro, seré inflexible! Por haber triturado con trillos de hierro a Galaad, (Amós 1, 3)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina